Cada Cual a su Silla – TXT

CADA CUÁL A SU SILLA.

Por Agustin Moscato (Articulo Publicado en Zona de Proyecto Nro 18)

PANEL CADA CUAL A SU SILLA

¿De qué se trata la casa urbana entre medianeras hoy en día? ¿Qué patrones sigue? Pareciera ser que lo representativo del proyectar contemporáneo es proyectar viviendas que generen su propio mundo. Las obras  se montan como piezas que proponen y resuelven todos los ámbitos de la vida cotidiana, los que son interiores, los exteriores y los que aparecen en una interfase entre los dos primeros.

El comienzo podría ser lo que Iñaki Abalos denomina «la casa de Zaratustra» basada en las Casas Patio de Mies como contraposición de la noción positivista  corbusierana. Este juego de casas altamente intimistas sin lugar definido pero claramente urbanas, parecieran ser  la negación al modo de vida que impone la moral calvinista representado en la máquina de habitar del resto de la primer modernidad.

Pero principalmente esta intención de controlar o regenerar el entorno puede notarse en los distintos modelos de casas construidos por la «arquitectura internacional» en los años 50 y 60 que reproducen esta temática con la particularidad de que los ejemplos son siempre suburbanos.

Esto nos lleva a viviendas urbanas que no toman la medianera como tema principal sino que resuelven sus pautas proyectuales (e incluso sus medianeras)  como piezas que en su generación van dejando los intersticios para todas las cualidades requeridas y donde todos los programas se atomizan para una lectura en conjunto de la misma. De esta manera los usos se trabajan a modo de gradientes y en donde aparecen sucesivos juegos entre el cierre interior-exterior que lleva a que cada una de la «nuevas capas» tome el camino que le corresponde formando así una  multiplicidad de situaciones que sirvan para elaborar este «nuevo ámbito privado», que si bien está en contacto directo con la ciudad, lo niega o por lo menos lo tamiza.

Pero la crítica a la máquina de habitar positivista no conlleva a generar modelos posmodernos historicistas que se basen en la tipología a modo de remendar el recuerdo de una vivencia no racional nostálgica. Lo particular de la contemporaneidad es aceptar «la contradicción». Entender el entorno urbano en el que debe actuar  pero respondiendo a través de su re significación constante, donde se valora a la ciudad como lugar del habitar sin perder de vista la multiplicidad de actores y las distintas maneras de vincularse con esta. La relación del individuo con el exterior no será  de carácter estático a través de un plano vidriado donde se enmarque el verde o la ciudad, sino a través de diversos filtros que requieran del recorrido  o la acción del usuario.

Podríamos concluir entonces, que lo contemporáneo es contraponer un modo proyectual de multiplicidad de secuencias al modo verificacionista de secuencia corta, donde las problemáticas  del habitar se resuelvan desde distintos análisis y diferentes ópticas que llevan a resoluciones más variadas.

Sentarse en la silla que más se le adecue.

sillas

 

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